martes, 27 de noviembre de 2007

Relato psicótico

Hoy estoy sentado en la butaca de un cine viejo, al centro de mi habitación, soy el espectador único, soy el actor único de esta función dramática, y a ratos tragicómica, no tengo invitada especial para la rotativa nocturna. Se proyectan en esa pantalla gigante entre los bordes de mi ventana, que de momentos me parece infinita. Los sonidos son estremecedores, ensordecedores y por más que grito no logro acallarlos, las imágenes en mi cabeza me atan de pies y manos y se meten por mis ojos como una daga en el corazón.
No me reconozco como un ser humano en esas imágenes, siento que mis piernas son tan largas que pasan el suelo, llegan hasta las cloacas del infierno, son como raíces de una araucaria milenaria, imposible de arrancar, y por ellas suben todas estas ideas delirantes. Son voces que gritan mi nombre de manera desgarradora y no comprendo el mensaje, no se en que idioma me hablan, no se que me quieren decir, no se si me advierten, no se si me amenazan, no se en realidad si se quieren comunicar conmigo, no lo sé, solo me desesperan, quiero que se silencien, que no me molesten más, pero aunque cierre mis ojos, ellas están ahí, los personajes de una película tridimensional, personajes que me invaden, están en lo profundo de mi intimidad, ya no tengo nada privado.
Cuando desaparecen, se produce un silencio tenso, no estoy tranquilo, en cualquier momento aparecen cada vez más imprudentes, prepotentes, temo que finalmente me quieran dañar. Y en esta tranquilidad de cementerio, la muerte incinera mis
Esto es un fragmento de lo que pretende algun día ser un cuento, una novela un escrito largo, o un monton de capitulos con la ambiciosa pretención de decir algo y ser leido.. con cariño a todos mis compañeros de universidad, a mis amigos