viernes, 26 de septiembre de 2008

SEBASTIAN

Sebastián, si estuvieras a mi alcance
te amarraría las manos,
te vendaría los ojos,
te arrancaría las entrañas
como un cuervo ciego de hambre.
Para intoxicar el alma mía
entre alba y media noche
con los primeros sones del sol
te arrancaría el corazón.
Levantaría el puño a lo alto
te expropiaría la vida
y encada centésima de tus segundos
colocaría brebaje mortal
veneno en tu voz de miserable.
Te limpias la boca con mi bandera
de cada nefasta palabra que tu labia produce
porque locuaz eres Sebastián
para reírte de la población que en campaña halagas.
Tengo la convicción
¡oh poderosa razón!
que ha mi acto pereceré
pero me llevaré a mi sepulcro
toda tu asquerosa humanidad,
maldito murciélago isomorfo
ya verás como harán de tu cuerpo
un caviar putrefacto para los gusanos
en el infierno.