Tengo una vida para vender
quien la quiera que me venga a ver,
me quedan algunos harapos
muy pronto me los expropiaran.
Tengo un pedazo de cielo
muy pronto lo remataré
no queda otra debo empobrecer
para a toda velocidad correr.
Porque ahí viene un zorro
escoltado por un huanaco y un piño,
un zorrillo y rastrillo,
me viene a quitar el tesoro
me arrancara hasta el
alma sino corro.
Tengo algún centavo
se lo lanzo en la carrera
por si pica –digo yo-
antes que me atrape este fiero fanfarrón.
Me queda una vida para vender
así de miseria no desfallecer.
-mientres me de comer-
No hay más nada en la alacena
ni sol, ni hijos, ni un viento que me pueda favorecer,
ese zorro en eurodólares,
no me dejó ni migas para la cena.