viernes, 17 de abril de 2009

Tengo una Vioa para Vender

Tengo una vida para vender

quien la quiera que me venga a ver,

me quedan algunos harapos

muy pronto me los expropiaran.

Tengo un pedazo de cielo

muy pronto lo remataré

no queda otra debo empobrecer

para a toda velocidad correr.

Porque ahí viene un zorro

escoltado por un huanaco y un piño,

un zorrillo y rastrillo,

me viene a quitar el tesoro

me arrancara hasta el

alma sino corro.

Tengo algún centavo

se lo lanzo en la carrera

por si pica –digo yo-

antes que me atrape este fiero fanfarrón.

Me queda una vida para vender

así de miseria no desfallecer.

-mientres me de comer-

No hay más nada en la alacena

ni sol, ni hijos, ni un viento que me pueda favorecer,

ese zorro en eurodólares,

no me dejó ni migas para la cena.

Un Café

Un café a la redonda

en tazón de loza olímpica

endulzado con azúcar estelar

y canela de la piel más íntima,

un café, café.

Entra por mi esófago

bailando por sus paredes tejidas

agitando todo su cuerpo azabache

desviando toda mi atención

hacia el centro neurálgico de tu sabor.

Nada en calma

con un café cortado

café express

con canela, chocolate

como lobo atrapado

por ovejas de Lucifer.

Aroma oscuro

tan erótico como romántico

café de la luna

del son completo para la noche.

Un café con cuerpo de mujer

con piernas cinceladas por Miguel Ángel

vaya si eres un arcángel

entre las bebidas hervidas.

Nada en calma

con un café cortado

café express, café danza,

con canela, chocolate y miel

como lobo atrapado

en tu morena agua piel.