martes, 28 de abril de 2009

Preambulo del Desesperado

No queda más que este inmenso abismo

congelado, acostado entre la nada y el todo

cerca de ese todo que casi nunca es algo

a veces tan maravilloso, a veces tan espantoso.

Ausente de mi propia construcción

al borde del abismo,

mi cabeza cayendo como volantín

sin hilo al piso

tal como la lluvia.

Esperando aquello que pedía desde las cimas

en tantos colores, ya todos sabían

cuando en mi espalda llegaba el sol

expandido como pandemia por toda la piel

quemándome a ciegas, a sordas, a mudas

con coronas para difuntos

desde la pura inconsciencia hasta mi imaginación más mediada

quemado de extremo a extremo

sin limpiar las calles de mi sangre,

acuchillado por desgraciados, borrachos ciclos espaciales

en mi trono negro.

No me queda más que este abismo inmenso

sentado yo, en la orilla de las fayas naturales de mi pecho,

aquí riéndome de un día más

con sonrisa de piedra bruta, la más profunda.

Sentado esperando lo pedido

en manifestaciones con pancartas y pliegos de peticiones en las nubes

en los batiscafos del abismo que me espera.

¡Y ahora! Que he decidido caer

atado de manos, con los mojos cerrados

los pies cercenados

me llegan los sueños como diamantes bellos

como dinero libremente sucio y alas rotas

con hilos para zurcir.

Solo a dios, a dios le dejo

mis cuchillos, mi corona y mi altar

solo Adios

viernes, 17 de abril de 2009

Tengo una Vioa para Vender

Tengo una vida para vender

quien la quiera que me venga a ver,

me quedan algunos harapos

muy pronto me los expropiaran.

Tengo un pedazo de cielo

muy pronto lo remataré

no queda otra debo empobrecer

para a toda velocidad correr.

Porque ahí viene un zorro

escoltado por un huanaco y un piño,

un zorrillo y rastrillo,

me viene a quitar el tesoro

me arrancara hasta el

alma sino corro.

Tengo algún centavo

se lo lanzo en la carrera

por si pica –digo yo-

antes que me atrape este fiero fanfarrón.

Me queda una vida para vender

así de miseria no desfallecer.

-mientres me de comer-

No hay más nada en la alacena

ni sol, ni hijos, ni un viento que me pueda favorecer,

ese zorro en eurodólares,

no me dejó ni migas para la cena.

Un Café

Un café a la redonda

en tazón de loza olímpica

endulzado con azúcar estelar

y canela de la piel más íntima,

un café, café.

Entra por mi esófago

bailando por sus paredes tejidas

agitando todo su cuerpo azabache

desviando toda mi atención

hacia el centro neurálgico de tu sabor.

Nada en calma

con un café cortado

café express

con canela, chocolate

como lobo atrapado

por ovejas de Lucifer.

Aroma oscuro

tan erótico como romántico

café de la luna

del son completo para la noche.

Un café con cuerpo de mujer

con piernas cinceladas por Miguel Ángel

vaya si eres un arcángel

entre las bebidas hervidas.

Nada en calma

con un café cortado

café express, café danza,

con canela, chocolate y miel

como lobo atrapado

en tu morena agua piel.