Acaso sería grueso
el roble que quiso ser pedestal
firme para mis movimientos
Acaso tocaría el cielo
con sus ramas de greda
o las raíces metálicas
en su profunda combustión humana.
Sería el castillo azul
aquel roble del pedregal
trascendido a floresta.
En sus cascabeles prominentes
colgaría mis harapos húmedos de vida
para que el trémulo soplido
rasgue las prendas hasta hacerlas mariposas.
Romper la corriente
Llenando de vino todos los vasos
entintado con la sangre de sus maderos.
¡Tempestad!
fatigando el rocío matinal de la fe
encausando el todo a nada.
¡Tempestad!
dejando claro cuanto corazón
viviendo en su razón.
Quién fuera feliz viejo roble
sin hijos en el vientre
o sin padre con vientre a donde acudir.
Quién fuera hombre
sin madre en casa
o madre sin hombre ni casa.
Ahí donde termina
tu copa bañada en sudor
comienza nuestra corona
de premio mayor, de gloria.
1 comentario:
hola benja tengo nuevo blog, "blog de los recuerdos"...http://www.blogdelrecuerdo.blogspot.com jeje
besos
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