Te miro a la cara
me detengo para observarte
te miro atento y te sonrojas,
despavorido huyes y te escondes,
¿a qué le temes?
¿Le temes a los huesos insidiosos de mi rostro?
Este cráneo espantoso
no sabes tú que encubre
no sabes tú hipócrita peatón.
Te miro a la cara,
no reaccionas, nada
te arrancas asustado,
me preenjuicias,
¿le temes a mi rostro?
Está enquistado, te digo, entre
San Bernardo y Conchalí
¿me has visto por ahí.?
Te miro a la cara
me detengo para observarte
¿me has visto en otra parte?
Talvez te he servido café,
talvez te he pedido monedas,
me viste en la micro,
me has visto amarrado con cadenas,
talvez te amé, talvez te odié.
Mira mi rostro, ¿no te parece humano?
¿por qué me miras tan asustado?
Pude haber sido tu hermano,
talvez me viste en tu cama, acostado
con tu madre o tu padre,
pudo ser con tu sombra licenciosa.
Te miro atento y te sonrojas
¿le temes a los huesos maliciosos de mi rostro?
No sabes tú que encubre,
No sabes tú, nada.
1 comentario:
Paseándome por tú blog. Bello, hermoso e inspirador!
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